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25/10/2018 - Charla del Dr. Pablo Devesa en Bolivia
El Dr. Pablo Devesa, del Centro Sanitario Foltra, ofreció ayer una charla en la localidad boliviana de Cochabamba...

20/09/2017 - Música y reparación cerebral?
Hace ya unos años que se viene hablando del efecto beneficioso de determinadas audiciones musicales sobre la reparación cerebral tras un daño. Ese efecto, conocido como "Efecto Mozart"

19/09/2017 - ¿Música para la rehabilitación?
Pronto se cumplirán ocho años desde que la Profesora Barbrö Johansson, Catedrático de Neurología de la Universidad sueca de Lund y miembro del Instituto Karolinska de Estocolmo, una figura mundial en el ámbito de la recuperación multisensorial tras íctus, por desgracia ya fallecida, nos visitó en el antiguo chalet de Foltra e impartió dos conferencias. Durante su estancia entre nosotros tuvimos ocasión de hablar ampliamente con ella sobre mecanismos de plasticidad neuronal y recuperación tras un daño. Entre otros aspectos, la Profesora Johansson ponía un especial énfasis en la rehabilitación mediante la música, concretamente el que por aquel entonces comenzaba a conocerse como "efecto Mozart". Este se atribuía al efecto estimulador que determinadas frecuencias, presentes en determinadas composiciones de Mozart, ejercían sobre la posible generación de nuevas neuronas o sinapsis neuronales que contribuían a la reparación de un cerebro dañado. Me encanta la música clásica, quizás porque desde muy niño mi abuelo me enseñó a escucharla y entenderla, aunque Mozart o figura entre mis compositores favoritos. Digo esto aquí porque pese a los argumentos de la Profesora Johansson no acababa de entender ese efecto reparador o, más bien, creer en él, sencillamente porque no entendía el mecanismo. Por ejemplo, el "efecto Mozart" se atribuía a una disminución, durante la escucha, de los niveles de cortisol, hormona que sabemos actúa de forma negativa sobre la neurogénesis del adulto. Pese a mi falta de creencia y a instancias de un experto, Juan Lizarazu, de Pamplona, acabamos montando un sistema de escucha de determinadas frecuencias, previamente filtradas tras un estudio del paciente, lo que dentro del grupo de terapias de Foltra denominamos como EINA.

            Hace unos días, el grupo que lleva a cabo este tipo de terapias en Foltra, me presentó unos datos realmente espectaculares, señalando las diferencias en la respuesta a una serie de tests clásicos, en Logopedia, o Neuroestimulación, entre los pacientes que realizaban Logopedia y EINA, por ejemplo, y aquéllos que solamente recibían Logopedia (es un ejemplo), dentro de grupos con la misma patología. A la espera de analizar con más detalle esos datos para publicarlos, procedí a buscar en la base de datos del gobierno USA, PubMed, y tecleando Music and Brain me aparecen, para mi sorpresa, 3937 publicaciones, entre ellas muchas muy recientes (septiembre de 2017). De ellas voy a destacar tan solo dos: Music-based interventions in neurological rehabilitation, publicada en Lancet Neurology (cualquier médico sabe o debiera saber que Lancet es la revista médica más importante del mundo, o sea que ahí no publica cualquiera). Los autores son de las Universidades de Turku y Helsinki en Finlandia y de la Universidad de Hannover, en Alemania. En su trabajo los autores afirman que la música puede afectar positivamente una serie de funciones tan diferentes entre sí como: la recuperación motora, el habla, funciones cognitivas..., pero, lo más curioso, en pacientes con Parkinson, epilepsia o esclerosis múltiple. Digo lo más curioso porque sinceramente nunca habría pensado en el Parkinson o la esclerosis múltiple, aunque sí tenemos desde hace tiempo un modelo para la epilepsia (a la espera de encontrar los ingenieros informáticos capaces de desarrollarlo). Esos autores concluyen que los mecanismos por los que la música puede llevar a cabo ese efecto reparador son presumiblemente mecanismos cerebrales compartidos para las respuestas de recompensa, despertar, aprendizaje y puesta en marcha de la plasticidad cerebral. Concluyen afirmando que las intervenciones terapéuticas basadas en la música (por supuesto no el "chunda-chunda"...) están surgiendo como una estrategia importante en la rehabilitación del daño cerebral.

            El segundo de los trabajos que vale la pena comentar, titulado: "Efectividad de las terapias basadas en la música sobre la motricidad o funciones cognitivas en poblaciones con daño neurológico: una revisión sistemática". El trabajo, también publicado en septiembre de 2017, en este caso en el European Journal of Physical and Rehabilitation Medicine, por un grupo de las Universidades de Gante (Bélgica) y Helsinki, analiza mediante un meta-análisis una serie de ensayos clínicos (14 en íctus, 3 en Parkinson y 2 en esclerosis múltiple), en un amplio número de pacientes en cada caso, concluyendo que la terapia musical mejora la función motora gruesa y la motricidad fina en el íctus, así como la marcha en esta patología, Parkinson y esclerosis múltiple, y las funciones cognitivas (memoria verbal y atención) en el íctus.

            Hay muchísimos más trabajos, en Alzheimer, demencia, epilepsia..., pero solo hay que buscarlos en PubMed y leerlos en detalle, un detalle que aquí no podríamos describir por el tiempo y espacio que nos llevaría.

            Lo que está claro es que la Profesora Johansson tenía razón (por algo pertenecía al Comité Nobel del Karolinska), pero Juan Lizarazu también.

            ¿Conclusión? hay que seguir investigando en esta terapia, bien hecha claro está, y aumentar el número de patologías que pueden beneficiarse de ella.   

Jesús Devesa